Estudiar música no te hace ser mejor en matemáticas, conjugar latín no desarrolla la capacidad lógica, los juegos de videoconsolas tipo brain-training no te hacen más inteligente. La gente brillante no atiborran sus cerebros con ejercicios cerebrales; se sumergen a fondo en sus campos y especialidades. Los científicos se pasan el día estudiando ciencia, los novelistas se atiborran a leer novelas.
Si uno se entrena a tope en hacer una cosa específica (hacer sudokus, resolver puzzles, encontrar palabras ocultas), logran mejorar en esa actividad, pero prácticamente en nada más.
Es la principal conclusión de los psicólogos Christopher Chabris y Daniel Simons y que desarrollan en su nuevo libro The Invisible Gorilla: And Other Ways Our Intuitions Deceive Us.
LA EVOLUCIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SU EFECTO SOBRE LA MENTE
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