Así consta en el informe «Salud y Mochila Escolar», que ha sido elaborado por la oficina del Defensor a partir de una serie de consultas y quejas recibidas de parte de padres de alumnos por el excesivo peso de las mochilas.
El Defensor ha estudiado los hábitos de 1.003 estudiantes de 5º y 6º de Primaria de un total de 27 centros educativos públicos, entre los que se incluyen colegios de las principales ciudades, de municipios medianos y de entornos rurales.
El resultado obtenido revela que los alumnos acarrean diariamente más peso del que deberían, pues supone el 17,43% de su peso, cuando el porcentaje máximo recomendado oscila entre el 10 y el 15%.
El Defensor llama la atención sobre un dato: las mochilas de los niños de 5º curso pesan de media 7,36 kilos y las de las niñas 6,92 kilos, en ambos casos por encima de la carga de las de los alumnos un año más mayores, que, aunque son más altos y más pesados, cargan con 6,86 kilos, en el caso de los niños, y con 6,76 kilos las niñas.
El estudio incluye datos relevantes, como que las mochilas de 102 alumnos excedían los 10 kilos y en 23 casos sobrepasaban los 16 kilos de peso.
Y casos llamativos, como el de una alumna de 5º curso que, pesando 30 kilos de peso, lleva una mochila de 8 kilos (el 26,6% de su peso) y además la carga de forma inadecuado.
Otra niña usa un carrito para portar el material, pero aunque sólo pesa 30 kilos carga con 10 kilos en él, un tercio de su peso y el triple de lo recomendado.
El Defensor subraya que la sensibilidad es diferente según los centros —cuyos nombres no cita—, y pone como ejemplo la comparación de dos de ellos: en uno los alumnos de 5º llevan 5,07 kilos de media y en otro 16,62 kilos.
Además, alerta que en muchos de los colegios estudiados se agrava la situación ante la necesidad de subir y bajar escaleras.
Ante esta situación, el Defensor estima que el objetivo común de todas las personas e instituciones afectadas debe ser eliminar el peso de las mochilas, pero al ser un objetivo imposible en la actualidad, al menos reducirlos.
Al respecto, destaca la «alta sensibilidad» y «total colaboración» de la Administración educativa regional sobre esta cuestión, pero también que «prácticamente se acaba de comenzar en lo que al trabajo de prevención ergonómica en la escuela pública se refiere».
El Defensor confía en que la digitalización de la educación con el programa Escuela 2.0 permita sustituir libros de texto por soportes informáticos, mucho menos pesados, como los «mini» ordenadores portátiles que este año se han comenzado a repartir a los alumnos de 5º.
Hasta que se generalice el uso de estas tecnologías, el Defensor, al hilo de una iniciativa implantada en Murcia, propone que los libros de texto se puedan fraccionar gracias a separatas correspondientes a cada trimestre del curso. En este caso, pide al Gobierno regional que vele por que no suponga un incremento en el coste del programa de gratuidad de libros de texto que funciona en Castilla-La Mancha.
También propone el Defensor que el programa de sensibilización «No des la espalda a tu espalda», hasta ahora desarrollado en Secundaria, se extienda a Primaria, pues considera que la sensibilización de los padres y los alumnos es fundamental. Asimismo, aconseja que se estudie en cada Consejo Escolar la oportunidad de habilitar taquillas para dejar el material, que en cualquier caso deberán incluirse en los centros nuevos.
A la Administración sanitaria le pide que «incrementen sus esfuerzos preventivos» en la salud de la espalda de los menores y que incluya ese control en el Programa de Salud Infantil que se desarrolla entre los 3 y los 14 años.
A Consumo, le emplaza a que informe a las familias de las características que debe reunir la mochila y de los consejos adecuados para su uso racional
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